domingo, 15 de noviembre de 2009

El niño la hoja y la flor



Frente al espectáculo de la clorofila en la "pintura" de esta hoja. De los caminos infinitos que toma el trébol para llegar a crear su florecilla violeta, hecha campanita para seguir mejor la ruta del sol, y tomar de él su energía para vivir. Frente al asombro nuestro ante estos espectáculos que se nos aparecen como inéditos a nuestros ojos, quisimos buscar la ciencia que nos da su entendimiento, y no hallamos mejor lugar para este propósito que intentar aprenderla de la geometría aún inédita que se guarda en la pupila de los niños. Cuando nace un niño, junto a la inmensa alegría que nos trae este hecho, de inmediato debemos asumir esta tarea, si es que realmente queremos construir una vida para vivirla. Y en la asunción de esta tarea, ya contamos con un maravilloso adelanto: nuestros hijos. Dejamos esta reflexión