Las lamparitas de
tierra
no sólo alumbran aquellos
que les truncan la vida y a
los
vivosmuertos que andan
sino
también a los hombres
que
no cesan de luchar
para
no ser ni muertos
ni
menos vivosmuertos
¡Calidad
de vida…! Frase de significación hueca en el
lenguaje cotidiano. Tumba sin cadáver que ahora vaga como fantasmas, riéndose
antes nuestras necesidades primarias. Y esto le ocurre a la Venezuela de hoy…qué no hay agua! qué se fue la luz! que no hay gas!
que no hay servicios de teléfonos ni internet!; tampoco alimentos,
medicinas, asistencia médica por elemental que sea, ni seguridad, etc., etc. Simplemente “No hay”, es la brevísima pero sonante frase
que más se oye en este expaís de la escasez y de la hiperinflación –una de las más grandes del mundo-, ahora, de
masivas migraciones a países vecinos. Y es una situación antesala de muertes de venezolanos
–en particular, viejos y niños- que a diario ocurren. Y como su “guinda”
fatídica, vemos a niños en estado de desnutrición y gentes comiendo en
basureros.
Crudas realidades que
ya son nuestra común cotidianidad, y que de tanto tocar a las “ventanas” de
nuestros sentidos, pretenden hacerse
“normalidad” para asegurarnos que “eso”
es lo que se llama – y no otra cosa- calidad
de vida. Y sistemáticamente nos la presenta la propaganda ideopolítica
oficial, con su pretensión de obligarnos al “vivir socialista” de una Venezuela
en “revolución” permanente.
Y ahora nos venden una Venezuela moderna del ahorro nacional en
“lingotico de oro” de 1,5 y 2,5 grs.
“certificados”, y en “moneda cripto petro”
-respaldada en barriles de petróleo y lingotes de oro, según el decir
oficial- que sustituye al histórico bolívar,
ya extinguido. Una oferta que
contrasta cruelmente con el hambre, enfermedades, escasez y pobreza
generalizada, etc., que llevan a la muerte, aunque la “voz” gubernamental
“asegura” que es para “satisfacer” las carencias que sufre el país a causa de
una tal “guerra económica”. Pero pese a todos sus discursos y propaganda para
convencer, aún no ha podido cuajar tal paraíso monetario. En verdad, es la vieja “filosofíapolítica” del arte
de repetir tantas veces la mentira para convertirla en verdad –que fue
famosa y cruenta en el nazismo alemán, español e italiano-, ahora puesta en
vigencia en esta “Venezuela del socialismo”
y de la “revolución en amor”. Una
realidad que deteriora cada vez más la vida.
Y en particular, la
ausencia –ya normal- de los servicios de teléfono e Internet, agrava
la incomunicación, ampliando el abanico de la violación de los derechos humanos. Y hoy la sufre -como
tantos hogares de esta singular Venezuela- Ediciones jaced, obligándola a tener paralizada la publicación de sus páginas
blogs:
Entonces, sus cantos, luz y croar deben “vivir” meses
mudos. Y, aunque temporalmente quedamos “fuera de servicios”, seguimos en
nuestro terco empeño de continuar la labor editorial de Ediciones jaced. Y, persistimos en el combate por
la vida…!