domingo, 23 de diciembre de 2018

Cuadros de mi Exposición

Presencia viva
en imágenes
de rostros que
viven en el mío
la vida que sólo
vive en el sueño

Paloma Kunns
Y envuelto en la apacible atmósfera
que flota en mi cuarto de estudio
contemplo a mis queridos rostros
que cuelgan del lienzo blanco
entre el juego de sus rectángulos

Y ensoñando siento que de ellos
fluyen vivencias susurrantes
de sus vidas en lluvia cayendo
como sueño soñando la vida
que lenta transita este presente
como un revivir de mis ayeres
que aún me traen los sueños
que solía tejer cuando niño


Y en ellos acostumbro escapar
de la lobreguez de este mundo
abordando las líneas y curvas
que delinean sus perfiles plácidos
por donde navego en sus océanos
buscando sendas más promisorias

Levedad musical de pasos
descendiendo de su cuadro
la “niña de azul” de Modigliani
entregándonos la plasticidad de
su dulce inocencia que un día
fue cántaro de gestación de sueños
que osadamente proponen una vida
posible de ser vivida por el hombre
pero en otro día ese cántaro  le
es roto quedando su inocencia
en la gran ausente del mundo
aunque aún sigue siendo como
cotiledón verde que sin saberlo
abre sus hojitas verdes al
inmenso mundo desconocido
insistiendo en proponer su
osado proyecto de vida

E imperturbable el mirar de la niña
como lo es la misma inocencia
ofreciendo un verdadero vivir
al que el pintor Modigliani
buscándolo le entregó su vida


Y revivo a esta “niña”  ofrenda
de amor de mi hija primogénita
ya años conmigo dándome los
caudales de esa inocencia azul

Y bajo su mirar grave pero dulce la mira
el “Autorretrato”  de Vincent Van Gogh
plasmando la intensidad de su mirada
duramente increpando a la naturaleza
al hombre a la vida de este frío tiempo
¡por qué tanto luchar por un amor externo
que resiste hacerse simbiosis con el amor
interior para gestar un único y solo amor
tierna vasija de tierra que recoge esa lucha
que insistente busca extraer como raíz
todo lo bello posible que tiene la vida!
-y su pintura es fiel testimonio-
autentico! verdadero! vivir la vida
 con la intensidad de su pasión


Cuadro ofrenda de una amada que
suelo llamar “compañera del alma
 ¡ambos por años acompañándome!

Y vecino buscando a Van Gogh
cruzando el vivir de sus dramas
cuelga “Miss Dolly la inglesa de
la estrella del Havre” del pintor
Henry Toulouse Lautrec
-también regalo de mi hija-
plasticidad de una bella risa en
un alegre bello rostro expresando
la vida bohemia nocturna de Paris
y quizás!  sin proponérselo expresar
su dolida y triste vida pero de una
alma luchando por plasmar lo bello
¡tragedia y comedia de esta sociedad!


Y hermanados a ellos los retratos vivos de
mi corta línea ascendencia-descendencia
con la que suelo platicar asuntos de amores
para siempre mantenerla viva en el tiempo
como el de mi madre con su risa en cascada
que parece bañar al rostro de su madre
abuela Ana sonriendo leve para acentuar
su dulce mirada que me es bálsamo
como recogiendo la tierna inocencia
de la “niña de azul” de Modigliani


Sus rostros en tiempo presente
siempre hablándome de la pasión
del amor de la madre  por sus
hijos y por los hijos de sus hijos
divino amor!  untado de lo bello
que siempre estuvieron buscando
Modigliani Van Gogh y Lautrec
sustancia vital del verdadero vivir
que por siglos busca el hombre

Y amorosas le siguen como
flores que viven en las estaciones
los de mis dos hijas con su madre
y dos de los hijos mostrando el
invalorable valor de estar juntas
lloviendo sus alegrías fuente
donde suelo abrevar la mía
para poder seguir andando
al encuentro de esa vida bella
que en caudal ellas almacenan


Y manan lo bello  como esencia
 de la pureza del amor  que fluye
de su función de jóvenes madres
como cántaro  que reparte aguas
frescas de los ríos cantarines que
corren buscando el mar de la vida

Tres plasticidades unidas al realismo
vivo de mis retratos ofrendándome
 un fresco de rostros que convierto en
mi permanente estancia  donde acampo
la autobiografía de mi existencia que
ya marcha a la placidez de su vejez

Andar hacia esa edad de cabellera blanca
 como la risa en cascada de mi madre
lenta al lago tranquilo de las vivencias del
amor de la inocencia de la pasión por vivir
herencia que se le propone a los hombres

Y en cuadros de una exposición
quise “pintar” el cuadro del hombre
 con su viva trilogía amor alegría y pasión
aunque hollada por veladas rasgaduras
de una violencia que insistente cruza
el rostro de la sociedad que habita
pero que en sus cicatrices y heridas
contrariando sus designios está
anidada la luz esperanza del vivir
esperando la resurrección  que abra
su vientre dejando libre los sueños
sus anhelos sus esperanzas luchando
por construirse en bellas realidades
 y por fin! el momento de vivir
la vida en verdad verdadera!



jueves, 6 de diciembre de 2018

El viejo y el niño

Y no se nace
no se debe nacer
sólo para quedarnos
en lo que se nace
Nacimiento! pero sólo
para seguir naciendo
ser!  y seguir siendo Ser
ascendiendo en más Ser…


Esperanza frente al mar/Héctor Rafaelin Cuello
Y abrazando al niño le cuenta…
allá lejano sobre el intranquilo mar
se siente venir aquella tormenta
que lleva ya largo tiempo gestándose
mostrándose por el horizonte bajo luces
intermitentes como un lejano incendio
sol en ocaso con locura abrazando al mar
entre vorágines de nubes encendidas
¡crepúsculos erupcionando crepúsculos!
púrpuras desgajándose entre sus gamas
¡qué  locuras de fuerzas arremolinándose
en ovillo como quien va arrasarlo todo!
¡hijo nunca dejes de ver el horizonte!

Pero mi niño…!
esa no es la misma tormenta que
llega solo para arrasar y destruir
dejando escombros como tapiz
que cubre el rostro de la Tierra
llenándola toda de calamidades
como hasta ahora ha ocurrido
sino aquella que viene a extinguir
tinieblas que se tejen en sombras
dejar limpio el rostro abriendo
surcos para la nueva siembra
¡como lo hace el mar cada vez
que sus olas bañan la playa!

Y es la tormenta que mueve
todas las capas externas y
a las de las profundidades
para que afloren las corrientes
que llevan y traen sabias de vidas
a todo el cuerpo y alma del Ser
del hombre que ya ha decidido
trascender más allá de este hombre
-el abuelo se golpea su pecho-
¡no continuar con los haceres que
por siglos ha venido haciendo!

Y por fin…! dar cumplimiento
al antiguo código del real Ser
no odiar ni robar
no asesinar ni codiciar
no injuriar ni mentir
no esclavizar nunca depredar
¡sólo hacer  historia humana!

El Cristo abrazando la cruz/El Greco
Y hombre de una vez por todas…!
“amar al prójimo como a tí mismo”
-vuelve el abuelo golpearse el pecho-
y con este amor  fundar la sociedad
del hombre hermano del hombre
y por fin…! en él  aflorar florecer
sólo el amor y la belleza
sólo la verdad y la libertad
sólo la justicia y la solidaridad
sólo la valentía y la humildad
¡hombre en verdad humano!

Entonces hijo!  
llegará el momento de cantar
como cantó aquel viejo poeta
yo me canto
yo me amo
yo me celebro
en todo aquello que
nace existe y habita
en el universo

Y ya las entrañas del hombre
nunca jamás!  han de continuar
revolcándose sobre sí mismas
porque por fin…! el niño  que
parió la madre perenne  y andaba
espantado en el alma del hombre
ahora aflora como ser libre y alegre
y se construye humano que es para
lo que verdaderamente nació

Y en canción sopla fuerte el viento
peinando las copas de los bosques
como los dedos de la mano del viejo
enredándose en la cabellera del niño

Pero abuelo, ¿en verdad
esta tormenta podrá traer
el anhelado tiempo porvenir?
hijo!  yo recuerdo cuando niño que
decíamos… ¡en el cielo el arcoíris
en arco va al mar o al río para
 beber aguas…y salíamos corriendo
hasta la playa…y sobre el mar Caribe
veíamos al arcoíris…verdaderamente
creíamos que estaba bebiendo agua

Arcoiris visto desde una playa de Puerto Cabello/Venezuela
 Pero hijo... es verdad! ya se siente
el cálido brisar de sus vientos y
el susurro del mar encrespado
golpeando fuerte sus costas
sus aves volando en algarabía y
el viento ululando dentro del bosque
hijo! orienta tus oídos tus ojos tu alma
hacia ese horizonte luminoso que viene!
y viejo y niño en una sola mirada
mano sobre mano corazones unidos
aherrojados largo miran al mar…