domingo, 15 de noviembre de 2009

El niño la hoja y la flor



Frente al espectáculo de la clorofila en la "pintura" de esta hoja. De los caminos infinitos que toma el trébol para llegar a crear su florecilla violeta, hecha campanita para seguir mejor la ruta del sol, y tomar de él su energía para vivir. Frente al asombro nuestro ante estos espectáculos que se nos aparecen como inéditos a nuestros ojos, quisimos buscar la ciencia que nos da su entendimiento, y no hallamos mejor lugar para este propósito que intentar aprenderla de la geometría aún inédita que se guarda en la pupila de los niños. Cuando nace un niño, junto a la inmensa alegría que nos trae este hecho, de inmediato debemos asumir esta tarea, si es que realmente queremos construir una vida para vivirla. Y en la asunción de esta tarea, ya contamos con un maravilloso adelanto: nuestros hijos. Dejamos esta reflexión





Edgar Degas




















Nadie ha visto una semilla andar en el surco
Nunca una yema abrir sus postigos verdes
Sin embargo cuando estamos frente a la flor
el brote del anhelo del fruto para saciarnos
o cuando vemos el árbol que hace el bosque
o sentimos el placer del canto del pájaro
sabemos que ese camino ha sido transitado
y libre generoso viene y se nos ofrece
somos su destinatario y ellos de nosotros















Y no lo hacen de cualquiera manera con descuido
la ofrenda llega a nosotros con su mejor vestido

arcoíris de colores ondas musicales en un solo traje
y simplemente lo tomamos en acto voluntario
porque su entrega también es un acto voluntario
una comunión identidad que nos prueba como humano
y este nexo es el amor que ya viene en el hecho de nacer
porque es simiente primigenio del gen que nos funda




Entonces la vida del hombre es una acción simple
solo hecha para amar todo lo que se pueda amar
porque todo lo que nace y exista debe poderse amar

para que todo aquello que nace y exista pueda ser bello
la belleza y la libertad son los actos puros de este amor
que debe darse como lo hace la flor el fruto el árbol
el canto del pájaro de lo profundo del bosque
y el niño es su síntesis como la hoja lo es de la flora





En ultima instancia nosotros
el hombre debe ser la vasija de tierra
que solo se artesana para este amor
y solo para recoger esta cosecha debemos nacer
y nacer para repartir este amor como pan
para construir la vida que debemos vivir
y lo que es la semilla la yema el canto

para la flor el fruto el árbol el pájaro
el niño siempre debe serlo para el hombre
el niño existiendo en el hombre
el hombre viviendo en el niño
ley fundamento para la verdadera vida


Y esto es lo que todos debemos hacer
si de verdad queremos vivir
porque la vida también es una cadena de decisiones
que la empuja con dulzura siempre adelante
y lo hace la semilla la yema la hoja el canto
y esta misma tarea la flor el fruto el árbol el pájaro
Y el niño en la punta de la pirámide
o siendo el vértice de la geometría
o lenguaje primario de la música y matemáticas
nace solo para deshilar la madeja
y tender su hilo en todos los horizontes
en una puesta de sol o en el titilar de estrellas
el rio corriendo alegre hacia los brazos del mar
o las hojas que ofrenda el árbol en los otoños
horizontes que nos leen el trabajo del niño
en el camino infinito para arribar a la condición de hombre


La vida entonces es simple solo tenemos que buscar
la madeja que ya el niño nos trae al nacer
y ponernos como lo hace el sol la luna las estrellas
a una permanente construcción
y verdaderamente vivir




COROLARIO: Convocamos, invitamos al hombre de este tiempo -Pablo, Pedro, Jesús, María, José, Carmen, Juan, Ana, etc.- y a su Ciencia a estudiar, investigar, buscar su "raiz histórica" en esta fuente, en esta geometría -en el niño y en la naturaleza no violenta del hombre, en la vida natural-, y con esta "raiz" construir la otra Humanidad: la que llevamos por dentro pero que aún no ha sido develada, la que intimamente anhelamos.

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