¿Y por
qué el niño siempre irrumpe
con ese
primer llanto de tono tan intenso?
porque su
apacible vida interior creada en el vientre de la madre al
encontrar
extraña la vida exterior lanza su primer grito-protesta pero
al presentir
en su regazo un nido de amor lo trueca en llanto-alegría
como ese
primer sol en su levante sus brazos buscan abrazar a la
esfera Tierra
y al sentirla llena de brotes verdes y de aguas lanza
sus rayos
de júbilo desde su convexividad hasta su concavidad
¡nacimiento!
¡el nacimiento! erupción del volcán de la vida
que
jubilosa despierta porque sabe que ella vivirá en el niño
¡Señores…escuchen
el estallido del primer llanto!
grito-alegría
que toca la puerta del tiempoespacio
con
sus primerizas esperanzas primogénitas
ya
la vida reclamando su derecho pleno a vivir
en
ese regazo del inmenso silencio universal
¡Señores…
dejen entrar a este primer grito!
callando
sus persistentes ruidos metálicos
que
en el tiempo rompen la quietud de los paisajes
eco
perturbando la vida de sus aguas y de
sus tierras
escalofriantes
chasquidos que vienen de sus huesos
de
los tenues rasgados de tanto romper la carne
golpes
en la tierra abriendo y cerrando sepulturas
girones
de gritos de la libertad forcejeando liberarse
y
esa insistencia del largo quejido de tantas muertes
¡oh
señores cuándo ha de cesar la ruptura de la vida!
¿por
qué hacer de la vida la institución de la muerte?
¡Señores…
dejen vivir!
acallen
sus radios televisores prensa sus
escuelas
academias de atrasadas lecciones
cesen
ese persistente desfile de cultos que
sólo
quiere obstruir vivir en la luz del
futuro
desmonten
los púlpitos de sus viejos verbos
que
solo trituran los tiempos pasados para
vestírnoslo
como vidas del tiempo presente
señores…
acallen estos parlantes de la muerte
incesantes
tejiendo la madeja de la alienación
que
guardan en sus sacrosantas instituciones
desde
donde por los siglos de los siglos amén
planean
asaltos para atajar el vivir de la vida
¡Señores…señores…!
callen
sus voces
liberen
la palabra para que cuente
lo
que ve oye siente que testifique
la
muerte marchando en procesión
pero
también cómo la vida insurge
en
cualquier esbozo de risa de niño
Señores…¡respeten
al silencio!
el
silencio en que hablan aquellas ondas
del
cosmos que siguen flotando después
de
aquella explosión estelar cuna del Ser
con
las que compuso su canción de cuna
silencio
puro enhebrado en puras sinfonías
igual
a la de esos pájaros o de esas chicharras
la
de esas cayenas ¡las azucenas de mi madre!
las
de esas hojas que incesantes caen en otoño
sólo
para volver en resurrección en la primavera
silencio
del bosque siempre hablando con el viento
ese
silencio que antecede al primer llanto del niño
para
luego irrumpir enérgico proclamando la vida
Por
qué insiste tanto la política de la mentira
por
qué no cesa la bala rompiendo la carne
por
qué las epidemias no cesan sus invasiones
por
qué tanta manipulación engaños y trampas
y
las drogas en su empeño de corromper el alma
por
qué no dejan a la vida que viva su vida y
su
alma cumplir su ciclo y llegar a su silencio
pero
señores dígannos ustedes ¿qué tanto les
ha
hecho la vida para merecer tantísimo odio?
Ya
la lágrima la han hecho llanto angustiante
ya
la sangre se hace oscura de tanto anegar y
esos
intempestivos relámpagos ya caen sin luz
y
su alambre rayo ya no quiere tocar la tierra
tanto
tanto que ya el niño solo siente espanto
pero,
señores ¿para qué creen que nació la vida?
¿sólo
para el lucro? ¿para la obsesión de posesión?
Y
el hombre afanado en hacerse realmente humano
buscando
siempre la libertad auténtica vivir en medio
de
la justicia, de la belleza, de la verdad
y en amor
sus
lágrimas unas tras otras han de derretir la bala
y
hacerlas llanto torrente constructor de alegrías
la
sangre volver a su rojo puro para crear la vida
el
rayo luz estallar para unir cielo con la tierra
siempre
la alegría naciendo en el llanto del niño
y
ese hombre recobrar su origen primogénito y
con
la sabia paciencia buscar el hilo de la madeja
para
desenrollar el viejo ovillo y terminar el tejido
como
esta gota destilándose hasta llenar el aljibe
Y hombre ser consecuente con el sentido y dirección
de
la vida con la que naces y haz lo que tienes que
hacer
en concordancia con el hacer de la naturaleza
necesario
ponerse a construir su puesto cósmico
en el lugar cósmico que el Universo le
entregó
y
al fin, vivir como el ser humano que es y será
¡serse! en el tiempo-espacio de la existencia
como
ese concierto de flautín de Vivaldi que
lo
colma exaltando la vida hombre-naturaleza
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