jueves, 6 de diciembre de 2018

El viejo y el niño

Y no se nace
no se debe nacer
sólo para quedarnos
en lo que se nace
Nacimiento! pero sólo
para seguir naciendo
ser!  y seguir siendo Ser
ascendiendo en más Ser…


Esperanza frente al mar/Héctor Rafaelin Cuello
Y abrazando al niño le cuenta…
allá lejano sobre el intranquilo mar
se siente venir aquella tormenta
que lleva ya largo tiempo gestándose
mostrándose por el horizonte bajo luces
intermitentes como un lejano incendio
sol en ocaso con locura abrazando al mar
entre vorágines de nubes encendidas
¡crepúsculos erupcionando crepúsculos!
púrpuras desgajándose entre sus gamas
¡qué  locuras de fuerzas arremolinándose
en ovillo como quien va arrasarlo todo!
¡hijo nunca dejes de ver el horizonte!

Pero mi niño…!
esa no es la misma tormenta que
llega solo para arrasar y destruir
dejando escombros como tapiz
que cubre el rostro de la Tierra
llenándola toda de calamidades
como hasta ahora ha ocurrido
sino aquella que viene a extinguir
tinieblas que se tejen en sombras
dejar limpio el rostro abriendo
surcos para la nueva siembra
¡como lo hace el mar cada vez
que sus olas bañan la playa!

Y es la tormenta que mueve
todas las capas externas y
a las de las profundidades
para que afloren las corrientes
que llevan y traen sabias de vidas
a todo el cuerpo y alma del Ser
del hombre que ya ha decidido
trascender más allá de este hombre
-el abuelo se golpea su pecho-
¡no continuar con los haceres que
por siglos ha venido haciendo!

Y por fin…! dar cumplimiento
al antiguo código del real Ser
no odiar ni robar
no asesinar ni codiciar
no injuriar ni mentir
no esclavizar nunca depredar
¡sólo hacer  historia humana!

El Cristo abrazando la cruz/El Greco
Y hombre de una vez por todas…!
“amar al prójimo como a tí mismo”
-vuelve el abuelo golpearse el pecho-
y con este amor  fundar la sociedad
del hombre hermano del hombre
y por fin…! en él  aflorar florecer
sólo el amor y la belleza
sólo la verdad y la libertad
sólo la justicia y la solidaridad
sólo la valentía y la humildad
¡hombre en verdad humano!

Entonces hijo!  
llegará el momento de cantar
como cantó aquel viejo poeta
yo me canto
yo me amo
yo me celebro
en todo aquello que
nace existe y habita
en el universo

Y ya las entrañas del hombre
nunca jamás!  han de continuar
revolcándose sobre sí mismas
porque por fin…! el niño  que
parió la madre perenne  y andaba
espantado en el alma del hombre
ahora aflora como ser libre y alegre
y se construye humano que es para
lo que verdaderamente nació

Y en canción sopla fuerte el viento
peinando las copas de los bosques
como los dedos de la mano del viejo
enredándose en la cabellera del niño

Pero abuelo, ¿en verdad
esta tormenta podrá traer
el anhelado tiempo porvenir?
hijo!  yo recuerdo cuando niño que
decíamos… ¡en el cielo el arcoíris
en arco va al mar o al río para
 beber aguas…y salíamos corriendo
hasta la playa…y sobre el mar Caribe
veíamos al arcoíris…verdaderamente
creíamos que estaba bebiendo agua

Arcoiris visto desde una playa de Puerto Cabello/Venezuela
 Pero hijo... es verdad! ya se siente
el cálido brisar de sus vientos y
el susurro del mar encrespado
golpeando fuerte sus costas
sus aves volando en algarabía y
el viento ululando dentro del bosque
hijo! orienta tus oídos tus ojos tu alma
hacia ese horizonte luminoso que viene!
y viejo y niño en una sola mirada
mano sobre mano corazones unidos
aherrojados largo miran al mar…



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