La infancia…niña fiel
compañera!
edad de alegrías puras y de amor puro
nido de los más
bellos anhelos y sueños
envuelta en el manto de la pura inocencia
existe vives florece en aquél hogar que el
amor aún no ha terminado de crear pero
que ya siembra el tierno
bosquecillo de
los más altos y nobles sentimientos del
amor la verdad la
belleza la libertad que
se cantan en las sonatas de los pájaros
y nos dice cómo
vamos viviendo la vida
-jaced, de Venezuela
Alba con luna cuarto creciente/ Foto de Mery Sananes |
Madre siempre! única
de
noble y bondadoso corazón
hasta
la última gota del amor
Y ya hombre…sueño
y otra vez aquel niño que está
anidado en lo más hondo del alma
que oye la voz amada de la madre
aumentándole su amor al infinito
hijo! hijo! despierta… levántate
vamos al molino a moler el
maíz!
¡madrugadas tras madrugadas
el maíz como esperanza de
un mejor vivir de la vida!
Y huellas
en el caminobajo callados anhelos madrugadas que algún díase harán mañanas
en aurorashaciendo realidad el porvenirde los tiempos que vendrán…realidad o
sólo sueño?Y sobre el manto luz del sueño se ve
a la madre abnegada cargando
sobre
su cabeza y en su cintura pesadas latas
llenas de maíz igualmente el hijo con
su carretilla rumbo al molino de maíz
su figura cimbrada meciéndose como si
fuera el curso de rio alegre hacia el mar
¡hijo adelante…apuremos la marcha…!
y arriba aquella luna también
apurando
¡adelante…ya termina otra
madrugada!
bajo callados anhelos
Y madre e hijo en fila andandovestidos de brisas de madrugadas deolor a salitre que trae el susurro del marimperceptible bajo los cantares de gallos¡adelante! lucha contra la dura vida paraarrancarle aunque sea un trozo y vivirloY madre e hijo con sus cargas
al molino que convierte el maíz
en masa blanca para el hacer de
multitud de arepas doradas para
calmar el hambre del necesitado
¡cada arepa una esperanza
fluyendo del duro trabajo!
Mientras la madre descarga su carga elhijo acuesta su cuerpo sobre sacos de maízy sueña con una luna de plenilunio que vaalumbrándole el camino a su esperanzaoyendo el coral de los cantos de gallos¿acaso, una señal
sobre la esperanza quesi no se hace
realidad se extingue aunquequede grabada
en las honduras del alma? 
Empezando la madrugada/ Foto 2 de jaced
Y otra vez la ruptura del sueño
hijo despierta…levántate… vamos,
recojamos la masa y volvamos
a casa!
¿acaso, esta vida sólo es moler
maíz?
pregunta que el sueño deja flotando
y de la imagen de la luna persistiendo
ve la alada esperanza flameando
entre
los melancólicos madrigales de gallos
Y otra vez regreso a casael mismo camino de tierrabajo veranos e inviernoscomo noria
yendo viniendo sin cesarbajo aquellos dulces cantos de galloscomo si les
cantaran a la madre e hijogestándoles
inacabables esperanzas Y también sin cesar
ese trabajo… duro trabajo
repitiéndose en el tiempo del
que se esculpen esas esperanzas
sin nunca jamás dejar escapar quejas
sólo silencio en rebeldía asomando en
mantos de melancolías o de tristezas
pero nunca en conformidad ni pasiva
y ese infinito goteo de la esperanza:
ya llegará un mejor vivir
de la vida!
Y la terca esperanza
en la luz del amanecerluego, en el
fogón que enciende la madre yque el hijo ve siente en el reír de las brasascrepitando debajo del aripo de tierra dondese doran las arepas las mismas esperanzasque parecen fluir de esa música que vienedel alma de los cantos de los gallosY en aquél acogedor vallecito
“Sabana de paja” de
Carúpano
a orilla del Mar Caribe abrazado
en sus susurros y brisas marinas
la madre llena de amor
amasa que amasa la masa
sin jamás asomar quejas
ante la dureza de la vida…
¡ve hijo a dormir un poco
a reponer tus sueños…!
pero, otra vez ocurre su ruptura
hijo! hijo! despierta…
levántate…
y aquella carga de arepas blancas
ya en canasta ¡lista para la
venta!
Y bajo el sol de cada mañanaal hijo lo reciben las amigas calles de su pueblo Carúpano
bañado enlos perfumes que traen las brisas delfresco campo de Canchunchú florido yen la música susurrante del Mar Caribeque se unen a sus cantos arepas! arepas!como toques de esperanzas a las puertasde casa en casa que abren para recibirlasen las mañanas en las tardes hasta queel sol anuncia su ocaso de colores sobreel sereno horizonte azul del mar CaribeY sumido en pensamientos
a veces en sonrisas a veces en tristezas
el regreso a casa bajo aquellas lunas que
le bañan con su luz argentina oyendo
lejanas sonatas en cuerdas de cuatro
envueltas en ecos de cantos de gallos
…y aquellas esperanzas
flotando
como esperando sus
realidades!
Y la madre preocupadahijo! anda para
la Escuela…pero el hijo va a otra… bañarse enel mar … incansable corretear sus
olasmirar en éxtasis el navegar de barcos yconstruir castillos de arena colocándoleen sus torres su almenar de esperanzascomo gaviotas ansiosas de vuelos quesalen a buscar seguridades en su vivirpor toda la inmensidad del mar Caribe
Ahora, ya hecho hombre
el mismo se ve despierto
abstraído mirando el mar
que lleva siempre adentro
con el sol triste en ocaso
dibujando aquél lejano
horizonte en luces de
tenue azul cobalto
Y su rostro mirando el mañanaperlado en rocíos que le lluevedel acariciador susurro oleaje quesemeja ecos de cantos de gallos yadesgranando las mismas esperanzas yque ahora el mismo sigue gestándolasporque la vida tiene que ser vivida perono con estas vidas
andantes muertas sinocon aquella vida
abundante en vidas vivasque siempre expresan alegrías y amoresY brotan acuciantes preguntas
para aquellos que quieren vivir la vida
¿por qué la vida le es puras
esperanzas?
¿y por qué tienen que
vivirla en sueños?
¿dónde anda la anhelada
bella realidad
que tanto soñamos para
llegar a vivirla?
Pero, afortunadamente, mientras llegan
respuestas podemos escuchar en cuatro
la canción Canchuchú florido o
cerecita
y en sus versos y notas podemos vivir!
al hijo lo reciben las amigas calles
Y anidamos en las alas de la alegría…
aún aquella naufragando en la tristeza