miércoles, 9 de febrero de 2022

La esperanza de infancia

 

La infancia…niña fiel compañera!
edad de alegrías puras y de amor puro
nido de los más bellos anhelos y sueños
envuelta en el manto de la pura inocencia
existe vives florece en aquél hogar que el
amor aún no ha terminado de crear pero
que ya siembra el tierno bosquecillo  de
los más altos y nobles sentimientos del
amor la verdad la belleza la libertad que
se cantan en las sonatas de los pájaros
y nos dice cómo vamos viviendo la vida
 

-jaced, de Venezuela

Alba con luna cuarto creciente/ Foto de Mery Sananes

Madre siempre! única
de noble y bondadoso corazón
hasta la última gota del amor 

Y ya hombre…sueño
y otra vez aquel niño que está
anidado en lo más hondo del alma
que oye la voz amada de la madre
aumentándole su amor al infinito
hijo! hijo!  despierta… levántate
vamos al molino a moler el maíz!
¡madrugadas tras madrugadas
el maíz como esperanza de
un mejor vivir de la vida
!
Y  huellas en el camino
bajo callados anhelos
madrugadas que algún día
se harán mañanas en auroras
haciendo realidad el porvenir
de los tiempos que vendrán
…realidad o sólo sueño?
Y sobre el manto luz  del sueño se ve
a la madre abnegada cargando sobre
su cabeza y en su cintura pesadas latas
llenas de maíz igualmente el hijo con
su carretilla rumbo al molino de maíz
su figura cimbrada meciéndose como si
fuera el curso de rio alegre hacia el mar
¡hijo adelante…apuremos la marcha…!
y arriba aquella luna también apurando
¡adelante…ya termina otra madrugada!


Comenzando la madrugada/ Foto 1 de jaced
Y madre e hijo en fila andando
vestidos de brisas de madrugadas de
olor a salitre que trae el susurro del mar
imperceptible bajo los cantares de gallos
¡adelante!  lucha contra la dura vida para
arrancarle aunque sea un  trozo y vivirlo
Y madre e hijo con sus cargas
al molino que convierte el maíz
en masa blanca para el hacer de
multitud de arepas doradas para
calmar el hambre del necesitado
¡cada arepa una esperanza
fluyendo del duro trabajo!
Mientras la madre descarga su carga el
hijo acuesta su cuerpo sobre sacos de maíz
y sueña con una luna de plenilunio que va
alumbrándole el camino a su esperanza
oyendo el coral de los cantos de gallos
¿acaso, una señal sobre la esperanza que
si no se hace realidad se extingue aunque
quede grabada en las honduras del alma?
 
Empezando la madrugada/ Foto 2 de jaced
Y otra vez la ruptura del sueño
hijo despierta…levántate… vamos,
recojamos la masa y volvamos a casa!
¿acaso, esta vida sólo es moler maíz?
pregunta  que el sueño deja  flotando
y de la imagen de la luna persistiendo
ve la alada esperanza flameando entre
los melancólicos madrigales de gallos
Y otra vez regreso a casa
el mismo camino de tierra
bajo veranos e inviernos
como noria yendo viniendo sin cesar
bajo aquellos dulces cantos de gallos
como si les cantaran  a la madre e hijo
gestándoles inacabables esperanzas
Y también sin cesar
ese trabajo… duro trabajo
repitiéndose en el tiempo del
que se esculpen esas esperanzas
sin nunca jamás dejar escapar quejas
sólo silencio en rebeldía asomando en
mantos de melancolías o de tristezas
pero nunca en conformidad ni pasiva
y ese infinito goteo de la esperanza:
ya llegará un mejor vivir de la vida!
 

Y la terca esperanza en la luz del amanecer
luego,  en el fogón que enciende la madre y
que el hijo ve siente en el reír  de las brasas
crepitando debajo del aripo de tierra donde
se doran las arepas las mismas esperanzas
que parecen fluir de esa música que viene
del alma de los cantos de los gallos
Y en aquél acogedor vallecito
“Sabana de paja” de Carúpano
a orilla del Mar Caribe abrazado
en sus susurros y brisas marinas
la madre llena de amor
amasa que amasa la masa
sin jamás asomar quejas
ante la dureza de la vida…
¡ve hijo a dormir un poco
a reponer tus sueños…!
pero, otra vez ocurre su ruptura
hijo! hijo!  despierta… levántate…
y aquella carga de arepas blancas
ya en canasta ¡lista para la venta!
Y bajo el sol de cada mañana
al hijo lo reciben las amigas calles
de su pueblo Carúpano bañado en
los perfumes que traen las brisas del
fresco campo de Canchunchú florido y
en la música susurrante del Mar Caribe
que se unen a sus cantos arepas! arepas!
como toques de esperanzas a las puertas
de casa en casa que abren para recibirlas
en las mañanas en las tardes hasta que
el sol anuncia su ocaso de colores sobre
el sereno horizonte azul del mar Caribe
Y sumido en pensamientos
a veces en sonrisas a veces en tristezas
el regreso a casa bajo aquellas lunas que
le bañan con su luz argentina oyendo
lejanas sonatas en cuerdas de cuatro
envueltas en ecos de cantos de gallos
…y aquellas esperanzas flotando
como esperando sus realidades!
Y la madre preocupada
hijo! anda para la Escuela…
pero el hijo va a otra… bañarse en
el mar … incansable corretear sus olas
mirar en éxtasis el navegar de barcos y
construir castillos de arena colocándole
en sus torres su almenar de esperanzas
como gaviotas ansiosas de vuelos que
salen a buscar seguridades en su vivir
por toda la inmensidad del mar Caribe

Playa Tio Pedro-Mar Caribe/Carupano-Edo Sucre-Venezuela/Foto de jaced

Ahora, ya hecho hombre
el mismo se ve despierto
abstraído mirando el mar
que lleva siempre adentro
con el sol triste en ocaso
dibujando aquél lejano
horizonte en luces de
tenue azul cobalto
Y su rostro mirando el mañana
perlado en rocíos que le llueve
del acariciador susurro oleaje que
semeja ecos de cantos de gallos ya
desgranando las mismas esperanzas y
que ahora el mismo sigue gestándolas
porque la vida tiene que ser vivida pero
no con estas vidas andantes muertas sino
con aquella vida abundante en vidas vivas
que siempre expresan alegrías y amores
Y brotan acuciantes preguntas
para aquellos que quieren vivir la vida
¿por qué la vida le es puras esperanzas?
¿y por qué tienen que vivirla en sueños?
¿dónde anda la anhelada bella realidad
que tanto soñamos para llegar a vivirla?
Pero, afortunadamente, mientras llegan
respuestas podemos escuchar en cuatro
la canción Canchuchú florido o cerecita
y en sus versos y notas podemos vivir!
 


Y anidamos en las alas de la alegría…
aún aquella naufragando en la tristeza

Ediciones jaced


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