miércoles, 14 de mayo de 2014

A Jacinto Convit: el hombre del hombre
















Y tiene que venir un tiempo de vida
donde el hombre construya
sus biografías que vayan
tallando los tiempos
pasado y presente
en un sólo tiempo
un único el futuro
el tiempo en que deben
vivir los hombres














Jacinto Convit
sencillamente
médico
investigador científico
pero ante todo hombre
humano
simplemente
el hombre del hombre
a los 100 años decide levar ancla
desde la Tierra hacia el Universo
una biografía que se hace a la mar cósmica
tallando a una humanidad para hacerla sana

Y de este mundo
de esta Venezuela
de su historia hecha de violencia
sabemos que hombres que viven
de los cultos
de los muertos
de los asesinatos
del engaño
del Poder que extorsiona
hombres iguales al bacilo de Hansen que él
combatió para curar al hombre de la lepra
vendrán con sus fanfarrias adulantes
y bajo sus disfraces apológicos
a usurpar su nombre su memoria su obra
para explotarlos y sacarles provecho
no lo permitamos
denunciémosle y
opongámosle nuestras conciencias

Y ahora nosotros
en cualquier espacio que estemos
en este mundo
en esta Venezuela
defendamos su nombre
su memoria
su conciencia de hombre y médico
amante de la humanidad que padece
prolonguemos
su paciente labor y enseñanzas
en el control científico de las enfermedades
y nosotros hijos de hijos de hijos
preservémosle
amémosle
prolonguémosle
en la acción que tendremos que ejercer para
sanar la carne y el alma en una nueva humanidad



Jacinto
el hombre del “habla plural”
que desde niño lo hizo su propio lenguaje
“yo soy uno en un equipo. Y ese equipo ha
sido en mi vida uno de mis mayores logros”
el defensor de los derechos humanos
en particular los del propio enfermo de lepra
“¡suelten a ese  hombre que no ha cometido ningún delito
…quítenle las cadenas porque ese es un ser humano!”
le gritó al policía que conduce encadenado al leproso
simplemente por ser un enfermo de lepra
y al cura regañaba “ellos también son de la feligresía”
y hará de la libertad su mejor medicina de curación

Y a diferencia del “sacerdote”
como lo señala la Biblia (Levítico 13, 1-2)
 quien “mirará la llaga en la piel del cuerpo…
llaga de lepra es…y le declarará inmundo”
él les cura no solo la enfermedad sino también
les “alivió el cuerpo y el corazón”

Jacinto el hombre del hombre
para los hijos de estos hijos de hijos de hijos
que hagan suyo su sensibilidad social y científica
“el investigador tiene que estar sensible al susurro
de la comunidad cuando esta comunidad pide
porque tiene un problema grave”

Junto a Jacinto para quién “…el tiempo ha sido corto”
con “su espíritu de niño ese que le permite volar
construyamos el mundo con el que soñaba
y por el que luchó durante sus 100 años de vida
un mundo de cuerpos y almas sin llagas


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