martes, 24 de mayo de 2011

Mi planeta Tierra

Y el trabajo
hizo al hombre
su cerebro sus manos
tallando artesaneando
el material
que le da la tierra

El azadón la chícora
el arado la rueda
la palanca la polea
en la labranza de la vida
y la Tierra
siempre preñada
alegre para parir

Y ahora la Tierra
vida moderna
en preñez
aridez extinción deshielo
signos que hablan
y propagan la muerte

Por qué
para qué
el cambio?





Un par de video.  El imponente río Colorado. Y a ratos lo vemos reposado como difundiendo una naturaleza de paz y tranquilidad, majestuoso formando bocas y meandros. Luego, en trayectos impetuosos, bravíos, pero ágil saltando sobre grandes piedras, fieros remolinos sobre fallas de su hondo lecho. Impresiona su relieve de profundos barrancos que cortan casi perpendicular al espacio, y la gigante garganta: el Gran Cañón como inmensa herida en la tierra, forman tortuosas pendientes y recovecos que acompañan al rio, serpenteando como si tuviera premura en llegar a su destino. Y su extendida aridez golpea la visión. Y aquél incendio de luces  rebotando aquí y allá para abarcarlo todo. Que extraordinaria belleza! Su presencia física debe ser deslumbrante. Pero, más extraordinario es que todo quepa en nuestros ojos!



Y otro par de video. La helada belleza de los mares y hielos árticos. Imaginamos sus signos vitales sobre la geografía blanca y azul: entre otros, osos polares que placean, y juegan entre grandes y pequeños. Y más allá, a prudente distancia, las móviles focas que surcan como ligeras naves de un lugar a otro. O sobre algún témpano de  hielo o tierra desnuda, la inocencia del pingüino Y aquellos fogonazos de luces del azul al blanco, y viceversa, que  se cruzan con sus iguales -más suaves-, de las aguas circundantes. Y este paisaje nos pinta hermosos lienzos: gamas de blancos, azules y de grises desplegando su polifonía de color. Qué maravilla hermosura!



Pero más asombroso es cómo nos hablan -sin pedirlo- sobre el qué, el cómo, el por qué, y el para qué de las iris de nuestros ojos. Y que sencillo, regocijante, entenderlo. Qué hermosa “complicidad”!

Y descubrimos que la alegría y la libertad no son atributos solo del humano. También allí están -en ambos paisajes- flotando, emergiendo por doquier, al alcance de la vista y de la mano. Y andan sueltas, libres. Qué fácil soltar la imaginación para componer impresionantes ocasos de sol, noches profundas donde el correr de la luna va deshojándose en fases, amaneceres que entregan a la sensibilidad cantos de albas y auroras. Y tal virtud invitan a la reflexión respecto de aquellas que dicen que existen en la sociedad humana.

Entonces, Inevitable pensar en el papel del mirar y de la inteligencia: ambas existen para conformar un hombre congruente con un mundo de música y color. Que asombrosas sus funciones creadoras para construir al humano, tallar su condición humana. Pero, sin embargo…

Y siempre un pero, un sin embargo, porque esta mismo mirar y esta inteligencia, hoy parecen preguntar al hombre: por qué no has alcanzado su estatura, por qué no te has cincelado conforme a la dimensión de tamaña capacidad. Y en su lugar, tanto odio, tanta ira, tanta violencia antigua sembrada en tus entrañas. Y esto obliga a una reflexión: Ante paisajes como éstos, cuál realidad realmente es la  que vemos? Porque si hacemos un ejercicio mental: pasamos del mirar inconsciente al consciente, develamos otra realidad. Y la historia, y la geografía –para solo mencionar dos- nos auxilian en este conocer: Y caemos en cuenta que antes eran otros. Y después de la explotación irracional del hombre, incluyéndolo a él mismo, devienen en otros que se vienen desbastando y extinguiéndose sus vidas.

















Abrimos nuestros ojos, y captamos una muerte lenta -y de todo el planeta-: el rio Colorado hoy lucha por su supervivencia. Sus aguas velozmente se evaporan, sus mesetas se erosionan, el efecto desértico lo invade. Y los mares y hielos árticos, a ritmo veloz, se deshielan ante el aumento indetenible de su temperatura. En ambos, la fauna y floran viven pero muriendo. La ilógica acción –explotación depredadora, cambio climático, guerras, etc.- del hombre moderno los siembra de muerte. Entonces, el “lenguaje” del turismo moderno –y la ignorancia sumada a la indiferencia e insensibilidad- nos miente. Pero dejemos que esas cuantas imágenes nos cuenten la agonía de la Tierra. Y en contraposición, lo que obligadamente deberíamos hacer. Y cuál sería ese hacer?

NO a la explotación industrial del petróleo para       
            energía



 NO a la explotación industrial de la energía         
                nuclear


Y



Para tener una sociedad humana sin explotación industrial del petróleo, sin explotación industrial de la energía nuclear, sin guerras ni armamentos ni ejércitos. Solo hombres para el trabajo creador de la vida en una sociedad de hermanos.

Y en EL LUGAR de la industria petrolera, de las plantas nucleares y de la industria de la guerra, proponemos la:



Para




Como la fuente de una vida real y verdadera. Por ello se hace urgente una planificación seria, real, a corto, mediano y largo plazo para llevar a cabo este propósito: el único que salvaría a "mi planeta  Tierra".

No hay comentarios:

Publicar un comentario