lunes, 1 de agosto de 2011

Hambruna y petróleo: una cruel paradoja

Madre
tan joven y ya pariendo
en los bordes de la aurora
¿cuántos niños
has parido?
que osadía la de tu vientre
porque seguirán viniendo auroras.

Sé que este tiempo no te es propicio
y si quieres dejar correr
tu lágrima de ira
no la detengas
déjala salir que el viento
sabrá que hacer
y no cuentes a tus niños
porque ya las estrellas
los están contando
y con ellos forjar el porvenir
entonces, tus lágrimas serán
de alegría.

                                           
Otra vez la historia, cruel, implacable, sistemática hasta la finura en las más variadas aristas de la pobreza extrema. Y esta historia dura y cruel es la que por estos días castiga a la población del Cuerno de África: Etiopía, Eritrea, Djibouti, Kenya y Somalia, en especial, a esta última, donde la hambruna, ante los ojos del mundo, golpea con fiereza. Nos prohibimos citar cifras, porque sería como fríamente contar los millones de muertos, en particular, viejos y cantidades de niños. Igual, con las fotos de extremado impacto por su crudeza. Estadística simple: el hambre la asesina. Y hacemos énfasis en lo histórico porque es una hambruna de vieja data.

 
Pero ¿cómo es posible que siga ocurriendo en la economía moderna de hoy: de las ciencias, tecnología diversa, la informática, industrialización –en particular, la alimentación, medicinas, infraestructuras vial y de aguas, etc.- las altas finanzas, banca y seguros, en tiempo de la democracia y de las religiones? Y todas proclaman: el bienestar del hombre. Pero ¿de cuál hombre? Mientras, la Industria del Petróleo, la de la Energía nuclear, y la de los armamentos bélicos, continúan indetenible, produciendo riquezas para las élites de los centros del poder, contaminación generalizada y destrucción progresiva, tanto del hombre como del planeta Tierra.

Y hoy, el mundo moderno está sacudido por las guerras, las catástrofes por el cambio climático, y por la moderna crisis económica y financiera. Pero una crisis, no precisamente producto de la escasez, sino por las hondas contradicciones insalvables que surgen de la abundancia de riquezas acumulada en los centros de poder de este mundo. Y paralela a ésta, estalla nuevamente la crisis humana de la Región Cuerno de África – unos 100 millones de habitantes en una superficie de 200.000 Km2- que si es de escasez, pero de una escasez extrema y trágica, que está produciendo una mortandad generalizada. Y mientras, estos centros, en fiebre alta, buscan como resolver su crisis –acumulando más-, en esta Región apenas le llega la llamada “solidaridad internacional”. Una solidaridad –esta vez más difícil y reducida-, que solo trata de aliviar –sin tocar las causas-, pero para que más adelante vuelva reventar en mayores dimensiones, como ocurre hoy.

  

Entonces, ¿quién crea, nuevamente, esta crisis-hambre? ¿Por qué, cómo se produce? Acaso, ¿por la sequía de sus tierras? ¿el “trabajo” pobre de sus hombres? ¿por sus creencias que ya no son oídas por los dioses? Esta es una Región que colinda –prácticamente es su costa- con el Mar rojo que da al Golfo de Adén, y éste al océano Indico, por donde transitan miles de tanqueros con millones de metros cúbicos de petróleo. Por allí, sale el petróleo de Arabia Saudita, Iraq, Libia, Yemen, para solo nombrar los “grandes”. Hambruna y petróleo ¿no es ésta una cruel paradoja? Y por esta circunstancia, desde hace años, los hoy centros del poder mundial – el multipolar- han incursionado -y hoy lo siguen haciendo-, imponiendo y quitando gobiernos.  La Unión Europea, EEUU, Rusia, Japón, ahora China, se han venido sucediendo –en formas directa e indirecta- en el domino de la Región, estimulando las disputas tribales, apoyando a unas contra otras. Y ésta, ha sido una zona de guerras tribales, hoy en guerra civil, particularmente Somalia- Por ejemplo, EEUU entrena a las llamadas milicias, y la ONU tiene aquí sus tropas. Y ahora, la piratería armada, se suma a estos conflictos.


Milicias islamitas que hacen la guerra santa

Y frente a esta tragedia humana –además castigada por el cambio climático y los enfrentamientos armados- sólo se clama por la “solidaridad mundial”, que a diferencia con hambrunas anteriores, está tardando en llegar. Y esta humanidad, ¿esperará otra?



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