En el universo
nunca
nadie
nada
nace de uno solo
necesario dos
un dos que se hace infinito
y así es la vida
la más hermosa necesidad
Un encuentro
de galaxias como podría ser
el encuentro del hombre con el hombre
el encuentro del hombre con el hombre
Que lejos siento la infancia
y ella desde su tiempo me mira
en este tiempo que cohabito
días trepando días y tardes bajando
tardes
cuajando noches que apuran el
siguiente ciclo
siempre bajo testigo de las lumbreras
sol y luna
deshaciendo las tolvaneras que se
arremolinan
y en una tarde de sepias con lilas
vigilia de
nubes que se acumulan sobre el
firmamento
me traen algunos de sus retazos
ecos de niños que corren con premura
sobre pisos duros de tierra pardusca y
sus voces claman el cielo relampaguea
rayos y relámpagos súbitos cruzan el
cielo
y sus pupilas se ensanchan en asombro
captando tan ensordecedor incendio
en medio de aquella lluvia copiosa
que sacia la sed de la tierra y cuando
escuchan el trueno después de la luz
que lo enceguecen por instantes
un tanto asustados gritan y señalan
por allá entre los árboles cayó la
centella y
tropeles de cuentos de misterios en
silencio
afloran en sus mentes y obligan a las madres
a estar con ellos hasta que el
apacible sueño
les llega y les cuente el otro cuento
Marc Chagall
Y ya hombres sin dejar de ser niños
en una tarde de parecidos presagios
miran el caer de hojas y flores como
contando el tiempo que transcurre
y abajo sobre la tierra negruzca
el animado andar de hormigas y orugas
trepando y bajando por los hondos
pliegues
de sus huellas en el camino transitado
y casi sobre sus cabezas otra vez el
tronar
y relampagueos de rayos y truenos
como restallando una cuerda mayor del
universo
que provoca toda una conmoción en su
comba
y de su vientre cae un trozo de
longitud que abraza
a la Tierra en sonoridad armónica ¿qué
es la vida?
Marc Chagall
y ese espectáculo luminoso no es más
que la voz
infinitamente repetida para atestiguar
su existencia
que como una síntesis es ya respuesta
de lo que ella es
y siempre será aunque épocas oscuras
la escondan
y luminosa siempre se configura a
través del tiempo
venciendo los innumerables obstáculos
en su camino
y aunque velada nos llega cuál inmenso
milagro
Pero ¿es ésta la que a diario vemos
leemos
sentimos en los rostros de los hombres?
o ésta como carga pesada sobre sus
espaldas
¿es el producto de esa luminosidad
que estalla en el universo?
O ¿es aquella que realmente es
verdadero milagro
que habrá que redescubrirla entre los
pliegues
como siempre lo ha hecho la pupila del
niño?
Y desde esa curva de onda que esconde
el código que habrá que descifrar
veo caer una flor solitaria sobre la
tierra
para intentar mutarse en diminutos
seres
que asegure en el pasar del tiempo su
esencia vital
una flor blanca de pétalos en estrella
que lenta empieza palidecer
hacia un débil reflejo amarillo
y hacia ella en parsimoniosa procesión
una sola fila de unas cuantas hormigas
que cortarán sus pétalos para llevar
su esencia
a la nutrición de sus larvas ya
asomada a la vida
una flor de un solo color
una sola forma un solo tamaño
una fila de hormigas que la mutarán en
alimento
una sola esencia existencial
una un número definido
más que definido
finito
Y de ese mundo avivado en múltiple
colores
cuántas flores están cayendo cuántas
ya han caído
pero cuántas les habrán de suceder
y les están sustituyendo en ese
devenir
en multitudes de colores multitudes de
formas
multitud de tamaños multitud de abejas
para polinizarlas
multitud de hormigas que construyen
sus hormigueros
multitud de orugas mutando en multitud
de mariposas
que se alian con las abejas para
asegurar la polinización
multitudes de veces repitiendo el
ciclo
multitud número indefinido
más que indefinido
infinito
Y también los interminables vuelos de
pájaros
hacia el nido donde esperan los huevos
el multiplicador trabajo polinizador
de las abejas
e incesante su danza cuando construye
la colmena que es casa para todos
el hormiguear bajo tierra de la vida
del hormiguero que
abriga la innumerabilidad generación
de la hormiga
vuelos de luciérnagas en la noche sobre
la sinuosidad
infinita de sus trayectos dejando tras
sí
bastoncitos de luz en color lila y que
incesante buscan compañero para
aparearse
Cuanto vital la esencia siempre dispuesta a
la fructificación
multiplicaos fructificaos es el mandato
de la naturaleza
y también el hombre en su existencia su
hacer y rehacer
como ellos
en la escala física biológica de la vida
ha de
luchar para construir y reconstruir
aunque haya que hacerlo entre cercas y
sombras
la infinitud de su largo camino para
llegar a la luz
mucho pero muchísimo más que infinito
y eso es la vida cual tarea hermosa
la vida como la gota incesante en
filtrar
la paciente roca y destilando
el nacer del manantial
Y como el anhelo que tiene su origen
en ese relampagueo del cielo anidado
en las pupilas del hombre cuando niño
puntea como el tejedor la arquitectura
de la vida
sobre un paisaje de vibraciones en
silencio
armónico de adagios y allegretos
el sueño que preside la existencia
como una sinfonía de las aguas
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