La virgen y el niño/Miguel Angel Buonarroti
Y hubo una vez
aquél Hombre
del fuego con el
fuego
y sobre el fuego
que empezó a
construir la vida
y su andar era de
luciérnagas
Ahora es otro fuego
que no construye
y su andar es puro
artificio
y su alma mecánica
que desaniman la vida
pero Prometeo aún
vive
sobre la Tierra
Doce de diciembre del año 2012
a medianoche asomado por una
rendija de luz
entre el año viejo que se va
dejando un fardo pesado
y el año nuevo que llega con su barquilla
de sueños
bajo la deslumbrante luna llena
de diciembre
que ya empieza asomar sus cálidos
menguantes
observo una vez más el júbilo del
hombre
bajo un palio colorido de fuegos
artificiales
estallidos de colores naranjas y azules
en juego con verdes rojas y amarillos
un calidoscopio sobre aquél cielo
añil oscuro
y de fondo el titilar de algunas
de sus estrellas
como quien lucha para que su luz
no sea atenuada
¿y por qué el hombre celebra con
fuegos artificiales?
¿qué quiere avivar? ¿qué es lo
que quiere retener?
¿y por qué simbolizar lo que aún
no ha podido tener?
y atrás pero bien atrás la
calidez del fuego de aquella fogata
que serena en un tiempo bañaba su
rostro en meditación
y desde niño sus pupilas fija en
la luz fundando océanos
la vida fraguando arquitecturas
en el universo
Y desde la ventana obligada a
mirar
el espectáculo entraba a mis ojos
y desde la plaza
llegaba la bullanguería de la
gente en alboroto afanada
en demostrar que disfruta una verdadera
alegría
y como inexperto rico se apura en
derrocharla
entre risas ingenuas que aletean
frente a la dura vida
pero aún por los resquicios de
sus ventanas
las guindas de una que otra clineja
de tristeza
sobre todo en aquellos titileos
de luces verdes como
buscando ansiosas alumbrar aquellas
ventanas oscuras
y allá lejos se ve ya de espalda
la navidad que se retira
entre un débil baño rocío con
ligera brisa estremecida
la misma historia repitiendo su llegada
y su partida
¿Navidad qué nos deja?
solo una alacena donde va
acumulando las esperanzas
una colmena repleta de huidizas
ilusiones
pirámide de sueños sobre molinos
ausentes de vientos
y el pecho de alguna madre
liberando flujo de suspiros
bajo la brisa decembrina que
llena sus ojos de anhelos
¿y es eso la navidad?
¿qué es lo real de felicidad que
deja?
¿dónde labra la felicidad que siempre
anuncia?
Y ya está bien avanzada la
madrugada al borde del alba
sólo quedan trazas de humo y olor
de pólvora quemada
y del fondo brotando la simbiosis
de aquél cuarzo perfecto
puro blanco cristal donde ansiosa
aguarda la vida
¿cuándo el hombre va enfrentar la
realidad?
Pero ciertamente algo como
misterio estremece
el mismo no sé aguardando
apenas perturbado por el
estallido de la cohetería
que también ha sido teñido de
calidoscopio
pero de honda melancolía con
trazos de alegría
batallando en mi interior tras la
pregunta antigua
Sin embargo de más allá la tierra
allende al océano
que la visten las oleadas brisas
de climas templados
arriban las risas sobre olas
marinas de mis hijas
caracoleando con la alegría libre
de sus hijitivos
cobijadas por el gran viento que
empuja el invierno
y en un hilar siento tapices de dramatizada
alegría
y como bajel untado de brisa que
viene de lejos
a mi lado la risa segura y libre
de mi madre
empeñada desde siempre en disolver
la penumbra
Y éstos son suficientes efluvios para
seguir en la espera
de una navidad que ayude a destrenzar
la pregunta para que
suelte la luz que defina lo que tanto
en el tiempo se aspira
y entonces será el momento de la NAVIDAD
así en mayúscula
mientras tanto sigo en el hacer de mi tiempo
mirando cómo el horizonte va
desatando su plano lineal
absorbiendo sus ángulos sin
querer nunca llegar a su fin
al compas de la dulce melodía de
la Serenata de Schubert
o sobre la infinitud de Edvard
Grieg en su personaje Peer Gynt
bañado en notas añiles que se
tienden sobre la noche que termina
y es cuando adentro se siente un fuerte
viento peninsular
que empuja decidido el grito de
nunca detener el vivir
Shubert/Serenata
Edgar Grieg/Peer Gyn
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