"Si yo ordenara -decía
frecuentemente-,
si yo ordenara a un general
que se transformara en ave
marina
y el general no me
obedeciese,
la culpa no sería del
general, sino mía".
“El principito”, de
Antoine de Saint Exupéry
Y nosotros decimos
si ese general no tiene la
culpa
muchísimo menos el ave
marina
¿de quién? enteramente
si es nuestra la culpa
¿Y cuándo hacer la nueva historia
para zanjar la culpa?
En verdad la empezamos hacer
cuando la mujer se hace
madre
cuando nace un niño
y también la empezamos
cuando hacemos la pregunta
pero si esta historia no se
hace
no es culpa de la madre
no es culpa del niño
tampoco de la pregunta
pero si es nuestra la culpa
enteramente nuestra
porque no se trata sólo de
empezar
sino de empezar para construirla
y construirla para vivir la
vida
que en verdad queremos vivir
así quedará zanjada la culpa
En el Universo, los astros no son los únicos que están
en movimiento en torno a sí mismos, y unos a otros. También, pueblos, países,
diríamos la generalidad del mundo –en
síntesis, el hombre-. Pero en el Universo, es un movimiento –en general-uniforme
y permanente que ocurre por la necesidad de crear, garantizar y recrear todo lo
existente, en particular la vida. Y en ésta, un solo propósito: que sus seres vivan
una vida auténtica para que en armonía alcancen su finalidad de vivir hasta el
fin de sus días, cada quien dentro de su particular ciclo, y concluido éste,
recomenzarla en recreación creciente y permanente. Y ésta es su esencia, la más
hermosa particularidad de la existencia. Y por ello la vida nace sólo para ser
vivida, y vivirla para perpetuarla en crescendo. Pero, el hombre, como ser
vivo, “decide” violar esta esencia. Tomar la violencia para el hacer de su vida. Y en el tiempo, llega adquirir otra esencia –artificial- que
hoy manifiesta en su particularidad cotidiana. Entonces, en la del Universo, la
vida auténtica. En la del hombre, la antivida: la vida moderna o civilización.
Una ruptura violenta.
Y en este tipo de vida –con su historia- que se da
como en movimiento circular para repetirse –la misma “vida”, la misma historia-
opera una especie de competencia entre sus componentes –pueblos, países, etc.-
para ver quien “brilla” más, quien se deshumaniza más, quién construye la
antivida más auténtica. Y ocurre en cualquier país del planeta. En China, EEUU,
Japón, Inglaterra, India, países de la Unión Europea, Israel, Australia, Noruega,
Rusia, Brasil, México, Argentina, los “grandes” que brillan con “luz de imperio”.
Y también los “pequeños” del mundo, con alta “luminosidad”: toda Latinoamérica,
encabezada por Venezuela, Cuba, Bolivia, Chile, Nicaragua, Ecuador, Colombia,
Centroamérica, etc. Todo Suroeste y sureste de Asia, con sus “gigantes llamas”
en Medio Oriente –Irán, Siria, Israel, Palestina, Irak, Arabia Saudita, Yemen,
Afganistán, Jordania, Líbano, Paquistán, etc.-, en Corea del Norte, Vietnam,
Birmania, Laos, Camboya, Filipinas, Tailandia, etc. Toda África, pero con “incendios
altos” en Egipto, Libia, Túnez, Nigeria, Angola, Centroáfrica, Argelia, Kenia,
Etiopía, Somalia, étc. En la “civilizada” Europa, también con “candelas” en Grecia, Serbia, Croacia,
Bosnia, etc., y en su límite Éste con la “gran” Rusia, “brillan” Georgia,
Armenia, Bielorrusia, Ucrania, etc. Estos “pequeños” en geo-economías, pero
persistentes en sus guerras-conflictos, son las “estrellas” en los medios de
comunicación social. Y por si solos, con luz propia –porque ya no necesitan la
de los imperios- estremecen, como ola
expansiva, a todo el mundo con su violencia sistémica.
Y “grandes” y “pequeños” hacen una “constelación”
que expone su esencia violenta, que le definen sus modos de vidas. Y es tal la
dimensión de esta esencia, que ellos explican y justifican la existencia de la
Organización de la Naciones Unidas. En sí, la ONU es un gran paradoja ¿Existe
para la paz o para los conflictos? Ella, en la teoría-práctica, es un producto
de las guerras, de los conflictos. Nació para evitarlos, pero hoy éstos existen
en diversas escalas para cubrir todo el planeta: la violencia se hizo
planetaria, “universal” como para cubrir toda la dimensión sociopolítica de
este hombre. ¿Existiría ONU si no existieran países como Siria, Libia, Israel,
Palestina, Rusia, Grecia, China, EEUU, Cuba, Venezuela, Ucrania etc.? Tan es así,
que bien hoy podríamos rebautizar a este mundo, y llamarlo, “Etc., etc.”, porque tal es la identidad
alcanzada.
Y hoy -en este momento- en esa “constelación” hay
quienes se distinguen, aún más, por una particular “luminosidad”, como el caso
de dos pequeños países que se hermanan en violencia: Venezuela y Ucrania. Basta
verlos en cualquier video que ilustra sus antividas, y con ellos, por reflejo,
a sus padrinos imperialistas.
En
http://elpajaroamarillo.blogspot.com/ este video lo publicamos en el título “La
violencia un virus que se anida”,
como testimonio en el avance de esta
historia. Y ahora, en este febrero del 2014, en Venezuela, también tiene su manifestación.
Pero en Venezuela la expresión de su crisis -en el
campo de internacional- toma con “pasión” el camino de hacerse “satélite” de un
“pequeño” como Cuba, pero también de “grandes”, como China y Rusia. Y entabla
alianzas disímiles con Brasil, Argentina e Irán, abrumadoramente desfavorable
para su intercambio comercial, y todo bajo la motivación “anticomunista” de sustituir
a los EEUU en su relación de dependencia: cambia una dependencia por varias
dependencias. Mientras Ucrania parece forcejear –en ese mismo cruel mundo de la
dependencia- para no seguir siéndolo tanto de Rusia, y “explorar” las “pretensiones”
de la Unión Europea. Y con esta
estrategia tratar de mitigar su crisis interna. Y también en otro campo se
diferencia, donde Venezuela alcanza distinción mundial –primeros puestos- en
diversos indicadores, tales como: la inflación, continuas devaluaciones,
obsolescencia del aparato productivo, baja productividad, escasez de alimentos
básicos, carestía de la vida, déficit de vivienda, desempleo, debilidad crónica
en infraestructuras viales, restricción de las libertades, reducción drástica
de la producción interna, y la inseguridad –en particular, la delictiva- que la
hace “vivir” como un país con guerra interna.
Además, su vida cada vez más marcada por un desbordado
culto al mesianismo, y la práctica de la santería, que ahora es mixta: criolla
con cubana, que la hace atractiva, y la eleva en contenido de brujería, hasta el punto que su
Presidente actual, auto bautizado “hijo legítimo” del “Comandante Supremo”, ya
mira a su “padre”, fallecido “inmortal”, en apariciones de “pajarito” en
tejado, de su rostro “impreso” en talud
o barranco, y de una casi “presencia” que no la “ve pero la siente”. Y otros
también hablan de apariciones, “sueños”,
presagios, encomendaciones, milagros, “favores recibidos”, etc-. Todo un
sincretismo religioso primitivo extendido en el país, aunque algo
“modernizado”, porque ya hay contactos, reuniones, relación orgánica entre las
cofradías. Incluso en el Palacio de Miraflores, hay altares –según testimonio,
entre otros, del cura José de Jesús Palmar- donde le rezan y le prenden velas
al “Comandante Supremo”. Cuba, que es ancestral en esta práctica –los babalaos,
etc.-, y aun siendo protector-consejero-imperial de Venezuela, todavía con su
mentor ideopolítico, Fidel Castro, “padre” del “Supremo”, no ha llegado –creemos-
a esta dimensión “metafísica”.
Y expresión de este mesianismo son el conjunto de
imágenes de este “supremo” –en diversidad supera a Cuba y a Libia del difunto Gadafi-
en escuelas, universidades, calles de pueblos y ciudades, plazas públicas,
avenidas, autopistas, instituciones gubernamentales, unidas a cantos y slogans
“revolucionarios”, a folclores, discursos-mítines constantes, espectáculos,
ventas-ferias, y a su permanente difusión en prensa, radio y tv que cubre todo
el país. Toda una galería icónica audiovisual e impresa que mantiene al
“pueblo” politizado en “estado de fiebre” y en la calle, junto al hacer
gubernamental de su “gobierno de calle”. Y a partir de la muerte del “Supremo” se
eleva su religiosidad-culto, tendiendo a convertirse en una casi Religión de
Estado. ¿igual a Irán? En verdad, ésta casi religión de Estado, es la sustancia
de la “ideología” bolivariana socialista que por todas partes se le ve forcejeando
para tratar de “madurar”, convencer, e imponerse a toda la vida social del país.
Y ésta “cuasi ideología” que se venía tejiendo en
vida de el “Supremo”, con su muerte sus mentores tratan de terminar de
redefinirla- Y ahora va operar a través de una especie de Iglesia-santuario a
nivel nacional e internacional: el “mausoleo de la montaña” en la parroquia del
“23 de Enero”, donde reposan los restos
del “Comandante Supremo”, y un anexo, la Capilla del “Santo Hugo Chávez”. Y
ésta casi religión de Estado es santificada por todas las religiones del país:
una fracción de la católica, la protestante, judía, islámica, santerías
diversas. Y también por voces del alto gobierno y de los militares, junto a una
alianza “patriótica” de partidos políticos. Así adquiere carácter de
Institución religiosa. Y ella no es ajena a cierto “respeto” de algunos sectores
de la oposición.
Y alcanza “cuerpo y alma” el Mito, hoy sintetizado
con el grito existencial-devoción “Chávez
vive” ¿y este grito, no es una manifestación del vacío ideopolítico que
vive el país? Y con vehemencia lo corea su pueblo creyente y el Poder
político-militar. Y a nivel de una publicidad audiovisual e impresa moderna, se trabaja arduamente para “sembrar” este
grito “Chávez vive” en el imaginario
popular, hasta el punto que ya se notan en el pueblo –en especial los sectores
populares clasificados como D y E-, y en políticos y militares del Poder, “signos”
de credibilidad de que “realmente” el “Comandante Supremo”, en realidad “vive”
¿solamente el D y E? Así es el nivel “religioso” alcanzado. Y creemos que esto reafirma
la tesis de la conversión hacia una Religión de Estado. En términos humanos e
históricos, ¿cómo, realmente, una Nación que así “vive” puede desarrollarse y
crecer en calidad de vida? ¿y dónde andará la “Ciencia” de esta Nación?
Interior del Mausoleo de la montaña con su guardia permanente |
Entonces, hoy tenemos en Venezuela, en su capital Caracas,
en la Parroquia 23 de Enero, arriba en la montaña, este “santuario-iglesia” y
su anexo la Capilla, que es el reino del “Supremo”. Y abajo, en la Parroquia El
Libertador, el otro héroe histórico, el “Libertador” –junto a otros- en el
Panteón Nacional. Y hay ensayos, tentativas, esfuerzos para “integrar” a este
héroe al reino del “Supremo”. Un solo reino o iglesia patriótica, aunque aún queda
en ambigüedad la “estructura” jerárquica – ¿igualados? ¿superioridad de quién a
quién?, y sembrar esta fusión en el imaginario popular y en el Poder -con mucho
énfasis en los militares-, como base-sostén ideológico del régimen. Y así avanza
ésta casi Religión de Estado, que hoy es la más activa del país, por su
constante, diaria, persistente práctica política partidista y publicitaria. Una
“ideología” con centro en estos dos “Mitos-Héroes”, pero expresada con fuerza
en el culto al “supremo”. Y todo ello para expresión-sostén de la Entidad
mítica sociopolítica-económica-militar: el Socialismo Bolivariano del siglo XXI
que se “construye” en el país, como un totalitarismo que tiende abarcar toda su
vida social, cultural, político, militar, educacional, salud y comunicacional. Y
todo aquél que discrepe con esta “consagrada” Entidad y sus instituciones queda
excomulgado. Y ya son varios los que han sido condenados penalmente por
“traición a la patria”.
Capilla del "Santo" |
Y es tal el totalitarismo para copar todo el
“cuerpo” político-social del país, que hasta las “fiestas nacionales” de
sentido religioso y patrio –Semana Santa, fiestas patronales de pueblos, fiestas
“patrias” de “independencia-revolución”, ferias-ventas, Navidad, el carnaval-, ya
casi son un mecanismo institucional para difundir y sembrar esta particular
“Ideología” socialista con su Religión-culto, en contra de lo que consagra la
Constitución Nacional vigente. Y esta particularidad fue bastante notoria en la
reciente fiesta de carnaval que acaba de finalizar: desde las carrozas del
gobierno se llamaba a “gozar” el carnaval bajo la predica de las bondades de
este socialismo, y difundiendo una particular idea: ellos “nos querían quitar el carnaval”.
Y ¿cuáles clases-sectores apoyan este
totalitarismo? Dos grandes que son las reales bases-sostén, y que
mayoritariamente consumen este producto ideopolítico. Primero, las fuerzas
militares, policiales, grupos-colectivos paramilitares. Y los grupos económicos
–la nueva “burguesía” recién formada- Segundo, los gruesos sectores populares
–mayoritariamente los D y E-. Un total social heterogéneo que son los “creyentes”
del régimen. Y cabe destacar que en esa nueva “burguesía”, existen los que se encubren
entre los creyentes, para hacer sus grandes negocios, acumular grandes fortunas
y privilegios. Y un tercer sector, los excomulgados, los excluidos: la tradicional burguesía, el abanico de los llamados
opositores, con algunos estamentos que “incursionan” en la “mesa” de los
“grandes” para acuerdos políticos y negociados. Y el sector llamado “ni ni”
–los abstencionista electorales- que también tienen sus estamentos que
“picotean” en esa “mesa” de los grandes y del Poder para obtener contratos y
empleos.
Ahora, en Venezuela, todo lo cubre la política. Y
es notorio el esfuerzo para que lo económico quede en “bajo perfil”, para que
sus “lacras” queden encubiertas, no se vean, no se sientan, para que el
“soberano” no se entere de las fuentes-políticas oficiales que la generan, y
crean que todo viene de la herencia que dejó la “República del pasado”. Incluso
la propia inseguridad con sus 20.000 muertas anuales. Y hay que admitir que
estas “píldoras” son consumidas, junto a las ideopolíticas-culto por efecto de una
política represiva y de una publicidad que se irradia por todos los medios
audiovisuales e impresos modernos: ejecutan el viejo “principio”, a saber, “una mentira repetida adecuadamente mil veces
se convierte en una verdad”, de Paul Joseph Goebels, quien fue ministro de
propaganda del régimen de Adolfo Hitler. Una acción de gobierno, a la vez que
forjar “creencias” y mantener el apoyo-sostén, sembrar un sistemático y
estructurado miedo en la sociedad venezolana para anular o neutralizar
protestas.
Pero también es cierto que a este apoyo-sostén,
contribuye una oposición política cortoplacista, meramente electoralista,
inconsecuente con sus propias ideas-prácticas, que solo se pone “activa” cuando
tiene cerca elecciones, y con muchas acciones donde se evidencia el
colaboracionismo y la complicidad –por omisión y/o comisión- con la política
oficial del régimen que dicen combatir. En última instancia, y en la práctica, se
convierten en otro pilar de sostén del régimen.
Pero también es cierto un hecho –la literatura
pretende ocultar- que concurre a esta base-sostén, y es un pueblo cada vez más
inconsciente, adoctrinado, más “bebedor” de la ignorancia que por distinto
medios le venden –sueldo “mínimo”, pensiones, viviendas, “educación” de
carreras cortas, voto popular, miedo, salud gratuita, comida barata, bonches-ferias,
discursos políticos, alabanzas, etc.-, todo una oferta de compraventa de
conciencia para la “corta vida”, al “ya de hoy” ajena a todo futuro, que lo
convierte en un activo aliado histórico del régimen que a diario le
construye-reproduce-le vende una antivida que él toma y asimila como su propia
“vida”. Es como el sepulturero que solo abre y cierra sepulturas para otros y
también para el mismo. ¿Porque –en general- quién recuerda el asesinato de
Franklin Brito, y sobre todo el proceso de su asesinato? Y a esta juventud que
protesta por el derecho a vivir, a quien el gobierno le responde con una fuerte
represión policial y militar que ya le ha causado el asesinato de unos 28
jóvenes -aunque la Fiscalía Genral informa 17 y 261 heridos- y decenas de presos desde
el 12 de febrero –solo reciente- hasta el presente. ¿y también
estos jóvenes asesinados se los tragará la no-memoria, las sepulturas de la
antivida?.
Y preguntamos ¿cómo construir memoria que guarde
lo humano en medio de esta irracional “turbulencia” que llaman “vida”? ¿cómo
defender nuestro interior psíquico frente a este embrutecedor diarismo ideopolítico-social-economicismo
de trácalas, negocios, engaños, politiquería electoral, mediocridad del
discurso político, asesinatos, creciente inseguridad, chantajes, miedos, vacío
político, a que estamos sometidos, y que empuja cada vez más a una sistemática
construcción de una extendida insensibilidad personal y social? ¿En el país
cuál memoria colectiva tiene existencia para guardar hechos humanos que sirvan
para construir?
Y es tan cruda esta realidad que no es fácil
escapar, ni siquiera tratar de buscar cierto alivio, frescura, por ejemplo, recordar
–a nivel de país, ¿quién lo recuerda?- la partida -como de tantos otros- del
Tío Simón, y preguntar por su “vaca mariposa” y su “caballo viejo”. Y contra esta
práctica del olvido, aquí apostamos por muchas “la vaca mariposa parió un ternero, un becerrito como un bebé”,
muchos “caballo viejo” que no quiere “perder la flor que le dan porque
después de esta vida no hay otra oportunidad”, y que encuentra el amor que
lo hace galopar libre y alegre. Y también, las muchas “tonada del cabestrero” para fundir un mejor pasado con un mejor futuro,
y hacer un tiempo de porvenir donde se viva en felicidad. Y seguimos llamando a
extinguir esta actual historia positivista de héroes, caudillos, mesías,
libertadores y “supremos”, que solo busca engañar para alcanzar estas
“honoridades”, y bajo su sombra, las élites acumular privilegios con la acción
de una violencia permanente. Y en su lugar, convocamos a otra historia de
humanoshombres que construyan verdadera y autentica humanidad. Y entonces, la
libertad para vivir.
Sabanas de Apure
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