lunes, 14 de septiembre de 2015

Vivo en la vida de mi madre

















La madre fue y es
y seguirá siendo en el tiempo
una constante universal
como lo es la velocidad de la luz
y su perennidad codificada
en su inextinguible maternidad
es lo que da sentido a pertenecer
y vivir en este universo
 
Madre en madera de hilo/Fco. Díaz de León 
Mirando la tarde caer entre sepias y lilas
siento el trajinar de mi madre en el fogón
que reviven vivencias de cuando era niño 
como ponerme a oír los pasos del viento
meciendo las copas de arbustos y árboles
que hace cantar sus ramajes y desprender
celajes cuando rozan sus racimos frutales
aquellos granados mangos y guayabos
aguacates mameyes castaños y cocales
que parecen danzar al son de una sinfonía
inaudible porque solo quiere tocarnos hondo
y como en ensueños hacía comparaciones
para tratar de presentir sus tonalidades

Y era una de mis ocupaciones predilectas
en Carúpano mi melancólico pueblo natal y
mucho más musical se me hacían esas melodías
porque sentía que eran como brotes de los brazos
del viento que alegres venían del mar acarreando
remembranzas de conversaciones de pescadores
que narraban alguna que otra odisea en el mar
y bajo su frescura y sabor de sal me gustaba
imaginar cuentos que luego guardaba en aquellos
inolvidables rincones de la casa donde vivía
hasta el punto que cuando iba a dormir sentía
placer escudriñar uno a uno esos rincones
e inevitable revivir a mi madre celando mi sueño y
su menudo y ágil paso que dejaba manar brisas como
si ella fuera parte de ese viento que venía del mar
 
Paisaje marino/Vincent Van Gogh 
Y ahora para conservar esas queridas vivencias
impongo a mi mente que sea su amante celador
y a mi memoria cerrar sus puertas y ventanas para
tratar de impedir las perturbaciones de este mundo
un mundo que no se vive sino se padece y nos
obliga a oírlo sentirlo presentirlo con escalofrío
su particular ronroneo metálico de su muerte inútil
violencia que se enseñorea en sus espacios sombras
ahora renovados con la muerte de decapitaciones y
descuartizamientos de cuerpos del reinado de la droga
la política a granel de la mentira que trueca en “verdad”
enfermedades y hambres como plagas azotando
y su inveterado hábito de truncar el ciclo de la vida
interrumpiendo abruptamente el derecho a esa vida
en verdad configuración de una gigantesca sepultura

Y ahora la Tierra gira convertida en una esfera
sepultura donde el hombre entierra a la vida
cuántas madres cuántos hijos ya son yacentes
cuántas madres cuántos hijos serán sepulcros y
cuántos padres cuántos hombres sin llegar a padres
cuántos niños nacen sin poder llegar a ser reales hijos
cuántos de los otros seres vivos son exterminados
cuánto se rompen los equilibrios naturales del vivir
que acarrean a esta vida mortales consecuencias
la vida se hace muerte dividida en cuerpos enterrados
con los ojos desmesuradamente abiertos la sorpresa
queda petrificada en sus rostros ante lo imprevisto
como una protesta latente contra el crimen cometido
contra la interrupción violenta del derecho a la vida
¡y hoy como nunca qué gigantesca necesidad se siente
en el alma por vivir una real y verdadera vida! Y como
grito se oye ¡quiero vivir pero en forma auténtica!
y los anhelos las esperanzas por ella ya son ruegos
dolores llantos por una real y auténtica resurrección
para que el ciclo de la vida vuelva a tomar su curso
que sepa dónde empieza y cuando debe terminar
como el rio que nace manantial y llega hasta el mar
 
Maternidad/de Blinder
Y es un combate para rescatar la vida de ese mundo
planteando siempre cómo hay que hacerlo extinguir
afortunadamente aún existimos quienes podemos
soñar anhelar los que forjamos a las esperanzas
de las posibilidades reales de alcanzar otro vivir y
dentro de esa utopía de posibles nuevas realidades
yo señalo caminos que apuntan hacia ese porvenir
y a causa de ello vislumbro momentos frecuentes
donde mis amores que físicamente están ausentes
se asoman por los intersticios de mi universo que
me apartan del horizontes a tales perturbaciones
la abeja mujer Carmen Susana mi madre
la de la enramada dulzura Ana mi abuela
el del amor severo Eustacio mi abuelo
y otros también amados a quienes recurro
y me hacen señas como un cielo de estrellas
un caleidoscopio de permanente alumbrado
que en largas noches me ocupo en descifrar
para componer el pentagrama de cada día
y todos me hablan de su amor con el que
pleno nutro el solar sinfonía de mi alma


Y vivo la vida bajo una concavidad que tejo
alumbrada por ese cielo caleidoscopio que me
deshacen las sombras y ataja las acechanzas
de este tiempo que estoy obligado a transitar y
me permite trocar las tristezas en melancolías y
en trazos de alegrías aunque en verdad fugaces
pero suficientes para mantener animada la vida que
paciente construyo bajo estos intersticios lumínicos
y mi madre es la más agitada iluminando su rostro
con su risa suelta que me aviva su historia vivida
los otros u otras son más serenos pero incitantes

Y así paso esta vida como tejiendo madejas de luces
que encienden un romance nocturno de piano y violín
unas veces sueños otras ensueños y otras viendo caer
en tardes con sol la melancólica lluvia entreviéndose
la parsimoniosa espera de un algo que debe acontecer
constantemente nutriéndolo de anhelos y esperanzas
pero también de invalorables realizaciones como una
sinfonía compuesta de risas de los hijos de mis hijos
que testimonian que tengo una existencia que vivo
y así les armo jugarretas a este amenazante tiempo
impidiendo mi encierro en el recinto de sus sombras
 
Amapolas/Vincent Van Gogh
Y mi mirada va mostrándome como cálidos tizones
los brazos de la  historia de mi madre que me guían y
detrás la abuela el abuelo que suman una sola historia
que contienen los signos devenir de ese algo esperado
porque ¿para qué mi madre vivió ese casi siglo de vida
y tantas y tantos que seguirán viviendo sus centurias?
¿cuál será el destino de esas historias que se juntan? Y
¿qué de esa multitud de niños que seguirán naciendo?
¿y no será posible que los hijos de los hijos desmonten
de ese horizonte sus pavesas y las hagan rojas brasas y
de ellas fogatas que incendie el presente de porvenires
para que el combate por la vida haga futuros de luces?


Preguntas a la cadena de los hijos de los hijos
que son las mismas que devienen de los tiempos
y todavía persisten sin dársele debida respuesta
y son las mismas cuando aquel ser vivo ancestral
decide: de estos cuatro miembros en que ando
me yergo en dos y me hago hombre bípedo. Y
él en verdad empezó hacer su historia propia
y en su cueva al calor de la fogata reía libre
vivía del amor a los suyos y de la imaginación
procurando la armonía de su vida y entorno y
su trabajo plasmándolo en las cóncavas paredes
para ir construyendo su memoria que lo guiaba
una sociedad de hermanos asomando su rostro
pero un tiempo inesperado advino la gran ruptura
y su lucha hecha solo para construirse a sí mismo
va trocarse en violencia que destruye todo lo útil
y aquellas preguntas guiadoras son suspendidas
¿por qué? ¿cómo ocurrió? ¿para obtener qué?

Y ahora estamos en este tiempo detenido mirando aquel horizonte que clama para que el aun hombre o cuasi hombre vaya a sembrarlo, a dar continuidad a esa historia que el hombre bípedo venía haciendo y seguir elaborando las soluciones a esas preguntas con el auténtico amor tejiéndose en ramajes verdes, el trabajo persistente y sostenido, construyendo la arquitectura del vivir con sus manos y cerebro dentro de un reino de belleza justicia y libertad, con el arma de la verdad resolviendo sus retos como una dialéctica del hombre bípedo con la que venía abriendo los caminos primigenios a la vida.

  
Y no es difícil imaginarlo en cuclillas con sus piedras en las manos, su hacer –manos y cerebro- de herramientas para ir edificando su vivir. Y en su interior esa combinación dialéctica avanzando, la de sus manos y cerebro venciendo contradicciones que lo van convirtiendo cada vez más en el verdadero creador, construyendo su mundo con las esencias de las realidades interior y exterior que va captando, poniendo a un lado o no atendiendo lo superfluo, porque solo le importaba y solo tenía tiempo para incorporar esas esencias a su vida ¿mayor belleza en la vida será posible llegar a crear?

Y crean o no lo crean pero en ese casi siglo de mi madre
su historia creada está llena de las vivencias del bípedo
su biografía sostiene y reformula las mismas preguntas
como también lo sigue haciendo las madres de muchos
esencias que se van sumando en el tiempo hasta llegar
a formar la esencia madre perenne en el espaciotiempo
y en la hondura de su alma continúa ese hombre bípedo
ese salvaje silvestre -como la inocencia del niño-
incitándonos con su sonrisa hacer la auténtica vida
que él en tiempos atrás empezó y que es antagónica
a la vida sin esencias que hoy construye el hombre

  
Y crean o no lo crean mi madre hizo su vida de esencias
que es lo que hace que ella junto a tantas otras madres
sean la madre perenne en el tiempo-espacio universal
y como un luminoso arcoíris les anuncie a los que abajo
aún estamos que si hay un tiempo con una vida porvenir
presentida en el alma bajo este romance de piano y violín




Y para los entendidos y para los que no lo son. Para los amantes de este mundo y para los que no lo quieren porque sueñan con otro -como el de este amor de luciérnagas-, bajo esta imagen cuelgo este Epigrama





En el tiempo cuando era un niño
se decía “eres un hijo natural
para señalar -o ¿anatemizar?-
que estos “hijos naturales”
no eran “hijos legítimos”
porque no nacían bajo la
unión matrimonial de la ley
Mi  madre se reía y respondía
mis hijos son hijos naturales
porque fueron concebidos
por la ley natural del amor
y los parí con la ley de mi vientre
que es la misma ley del amor
que existe en la naturaleza y
mi madre gustaba hablar de las luciérnagas
Y ahora este hijo que es y será hijo natural
pregunta a la sociedad actual moderna
 ¿cuál legitimidad nace bajo tú ley?
¿cuál sociedad han fundado?
¿acaso es una de padres y hermanos?

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