miércoles, 27 de noviembre de 2013

Una sonrisa a la Tierra y a su luna




¿Y por qué
miras tanto el cielo?
¿qué ves?
¿qué esperas?
En este tiempo triste
un gajito de risa
cuarto menguante
muda de hojas otoñales
y llegar límpido a luna nueva
transitando estaciones
y un vestir de gajitos de risa
cuarto creciente
para llegar a luna nueva
como redonda risa a la Tierra
transitando sucesión de albas
para un amanecer definitivo
en la vida del hombre
que soy porvenir
eso veo
eso espero


Si un poco antes y después del 19 de julio de 2013 hiciéramos un breve inventario de sucesos, obviamente registraríamos, unos favorables al hombre y otros trágicos. De los primeros -los favorables- que sepamos no ocurrieron hechos impactantes, excepto uno que aunque de importancia –para unos 20.000- no tuvo repercusión social relevante. De los segundos, -casi de “normalidad” en la vida moderna-, acontecieron varios sucesos trágicos, que acrecientan y agudizan los males que el hombre viene arrastrando en su actual historia ajena. Pero de éstos últimos solo haremos ésta mención general, porque son de tanta cotidianidad social para el hombre de hoy, que sería redundante enumerarlos, excepto uno –el tifón “Yolanda” que azotó el archipiélago de las Filipinas-, que ya fue tratado por http://laranaverde.blogspot.com, el 12/11/13, y sus efectos aún se desarrollan y la cifra de sus víctimas sigue creciendo.

El tifón "Yolanda" azotando a Filipinas ¿por qué: naturaleza u hombre?
Y mientras, el hombre libra su batallar por “vivir” –o sobrevivir- sus asuntos de “gran importancia” –entrecomillado, en palabras de la obra de El Principito-, afortunadamente un pequeño grupo de gente –y ahí estábamos- atendió una singular invitación de la NASA: el 19 de julio 2013 mirar al cielo en dirección hacia el planeta Saturno, y enviar una sonrisa, porque en ese preciso momento la nave espacial o sonda Cassiri lo estaba fotografiando –a él, a sus anillos y sus lunas-, y a través de sus anillos, a nuestro diminuto planeta Tierra con su luna, ubicado abajo y a la derecha. Y también Venus y Marte, arriba y a la izquierda.





Y ese día viernes la NASA lo bautizó como “el día que la Tierra sonrió”. Un gesto “ridículo” y sin “importancia”–en humor e ironía del Principito-, con el cual –en opinión de éste blog- se retrata la dimensión-significación de la vida que nació en éste diminuto planeta ante la dimensión del Universo. Y en contrapartida, y contradictoriamente, a la acción depredadora que hacemos contra ella. Pero, a su vez, reforzar con esta comparación escalar el hecho cósmico de que si nació la vida en este planeta fue, es, y siempre será para vivirla. En consecuencia, debería ser una toma de conciencia para cuidarla, preservarla y entregarle todo el amor humano que decididamente frene y haga desaparecer la depredación de que es objeto. Y esa es la batalla permanente por la vida que convocamos librar.

Intentemos graficar, describir y testimoniar lo que decimos con las propias fotos tomadas por la Sonda Cassini, y publicadas por la NASA, y las cuales son fotografías al mismo nivel de resolución y colorido del propio ojo humano. Entonces, mirando –y nos imaginamos astronautas- desde la  nave en medio de la inmensidad celeste se pudo contemplar el espectáculo cósmico donde la Tierra y su luna son los protagonistas de la vida que en el cosmos ocupa la mayor atención del ojo humano. Y mirando desde la nave a nivel del planeta Saturno estas dos primeras fotos:













Y más allá, ya oculto el sol detrás de Saturno, y desde el punto de vista de la nave Cassini, a través de los anillos se contempló a los diminutos planetas y sus lunas, y entre ellos, nosotros –la vida de la Tierra- para significar por medio de su pequeñez la inmensidad maravillosa de esta vida-planeta, aún por extender, develar y desarrollar. Y al mismo tiempo, su propia magnitud diminuta expone su grandiosidad ante la inmensidad del propio universo, al cual le manifiesta y testimonia, su propósito de conocerlo y  conquistarlo. Y para ello, es condición indispensable y necesaria, alcanzar la vida plena, auténtica, verdaderamente humana del hombre, para una felicidad igualmente plena, auténtica y verdadera.


Y para “descubrirla” aún más en la escala siguiente ampliada, vemos a la Tierra como un punto luminoso, que redefine en el espacio su significación astral en el Universo frente al gigante Saturno.

La Tierra, un punto luminoso en escala comparativa con Saturno y Universo. Y ahí !vivimos!
Y respecto a ésta significación que tratamos de develar y exaltar traemos el texto que http://laranaverde.blogspot.com, publicó el 10/11/13 en forma de verso cuando trató el tifón de Filipinas.

¿Qué es la vida?
La vida
es la vida en la vida
como un cuarzo perfecto
 definible en si misma
como la estrella
es la estrella en el cielo
como el coral  
es el coral en el mar
como el viento 
es el viento
en el universo
y jamás se apaga
inagotable eterna infinita
aún después de la muerte
porque la vida es para vivirla

Con este texto queremos expresar la idea simple que la vida se define por sí misma: ella misma es su propia definición, como ocurre con la belleza, atributo de la vida. Por eso decimos “la vida es la vida en la vida”, como también “la estrella en el cielo”, “el coral en el mar”, “el viento en el universo”. En síntesis, en todas estas frases una misma significación -que es la vida-  aunque gramaticalmente son predicados, cuyos núcleos son los sujetos en las oraciones, como realmente debe ser en la vida: siempre el sujeto vital, principal, activo, protagónico de la acción.

Pero aparte de esta explicación meramente formal, fundamentalmente es para decir, gritar, con todo el vigor que se sea capaz, que esta vida, así definida –y que creemos que coincide con la significada en las fotografías de Cassini-, es lo totalmente opuesto, radicalmente distinta a lo que hoy se llama vida sobre la Tierra, como lo que acontece en Filipinas. Y en este caso ya sabemos que pasará, entrando al olvido por la fuerza de la resignación e impotencia, otra vez se oirá decir “la vida de Filipinas”, la “vida de…”, como si esa vida no hubiera sido sacudida trágicamente, y trastocada radicalmente. Y por eso afirmamos que lo que se llama “vivir” hoy es un malvivir –cuando más, un sobrevivir- que es firmemente irreductible contradicción con la definición que trae este texto-verso, y por ende, con el alto contenido que nos expresa estas fotografías. En otras palabras, y con una fuerza mayor, ésta significación viviente transcendental que expresa la diminuta Tierra frente al Universo repele con fuerza cósmica esto que contemporáneamente se llama vida en la Tierra. Y por ello, debe ser un llamado para que la Ciencia y en general, el conocimiento, definitivamente sea para un mejor vivir del hombre, y no como hoy ocurre, un apoyo y sostén de este malvivir.

Y ahí está la Tierra, una ligera y pálida mota, abajo y a la derecha del planeta Saturno con sus lunas. Arriba, Venus y Marte
Pero contra este tipo de vida, ésta condición “diminuta” lo que hace es retratar, mostrar, visualizar el prodigio-asombro de su creación por las fuerzas cósmicas del Universo. Y a su vez, resalta el grandioso hecho de que las leyes del universo la privilegiaron con un fenómeno  hermoso, extraordinario, asombroso, único: la vida ¿Entonces, cómo explicar, entender la conducta de depredación de que es objeto? Y éste privilegio –hasta hoy solo conocido en el planeta Tierra-, con estos atributos de hermoso, asombro, único y extraordinario, nos dice que la vida surge sólo para ser preservada, fructificada, enriquecida, desarrollada en medio de un crescendo de belleza espléndida,  para que el hombre, junto a los otros seres vivos que la habitan, la vivan, sin discriminación ni manifestación de depredación, de violencia, única manera de alcanzar el disfrute de una felicidad permanente y verdadera. Y acompañada de una permanente esperanza como un manantial que nunca agotará su caudal, su ofrenda de retos, hitos nuevos que alcanzar, para que así la vida crezca hacia el infinito, y sea en el futuro otra estrella luminosa en el Universo.

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